sábado, 7 de noviembre de 2009

Ensayo sobre la Ley de Medios Audiovisuales

Libertad de expresión: cara y seca

Han pasado más de 25 años de intentos frustrados por sancionar una ley de radiodifusión de la democracia, entre ellos los ex presidentes Raúl Alfonsín y Fernando De La Rúa presentaron sendos proyectos de ley afectados por fuertes presiones por parte de los intereses involucrados. Además es pertinente destacar que en todas las elecciones presidenciales estuvo presente en las plataformas políticas la propuesta de un nuevo proyecto. Cristina Fernández de Kirchner no fue ajena a esta trayectoria y el 18 de marzo de este año lanzó el anteproyecto que sería debatido en varias provincias en los meses siguientes, lo puso de manifiesto mediante un discurso con una fuerte tendencia argumentativa para catalogar a los medios como dictadores del pensamiento y la expresión.
Detrás de este propósito de “cumplir con la deuda de la democracia” se detectan juegos de poder, ya que el fuerte de la ley consiste en “desmonopolizar” la información teniendo como trasfondo atacar directamente al grupo Clarín, el cual salió a defenderse con todas sus armas. Mediante noticias en abundancia con los lemas: “ley de control de medios K” y “ley mordaza”; con spots apelando a la emotividad del receptor planteando un futuro sin libertad de expresión, enfatizándose en mostrar los medios más reconocidos del grupo como tendientes a desaparecer; y usando como estrategia más importante la puesta en escena de figuras reconocidas que dieron su testimonio persuasivo contra la ley y sus consecuencias. Entre ellos Marcelo Tinelli, dueño de la productora de Ideas del Sur y muy reconocido entre las masas, dio su opinión contra la ley apelando a la emotividad de la gente; por otra parte Mirtha Legrand expresó “somos rehenes” refiriéndose a la realidad mediática que pretende el gobierno; Susana Giménez por su parte sostuvo que “su misión es entretener, que la ley de medios K es patotera y que en el gobierno faltan patriotas”.
Los grandes multimedios utilizaron todas las herramientas antes mencionadas para desacreditar la “heroica” propuesta gubernamental mediante las cuales expuso sus argumentos, los que resaltaron y aún están presentes son: en primer lugar, que los medios serán controlados por el Poder Ejecutivo mediante la Autoridad de Aplicación, consolidando un nuevo monopolio en manos del Estado que también limitaría la libertad de expresión; otra de las razones, es la desaparición de varias señales reconocidas como TN y Volver; por otra parte argumentan que el Estado no tiene los fondos suficientes tanto para financiar los medios que le otorga la ley, como para llevar adelante el plan “Fútbol para todos” por el cual el gobierno se hará cargo de las transmisiones de la primera división de fútbol argentino, con todos los gastos que implica. En relación a la propuesta antes mencionada, en su discurso de anuncio la presidente manifestó que la ley brindaría “el acceso al deporte más importante de los argentinos”, señaló también que ya no habrá más “secuestro de goles” y finalmente consideró al fútbol como una necesidad básica de los argentinos y que impulsando el proyecto se daría un gran paso hacia la igualdad. Consideramos importante destacar que al igual que los grandes multimedios el gobierno también utilizó famosos representantes del deporte como Maradona, Araujo y Grondona.
Por otra parte, otro de los argumentos más trascendentes del oficialismo fue implantar como propósito fundamental la creación de una ley que suplante a la
22.285 que fue sancionada durante la última dictadura, incentivando, mediante la reducción de licencias de 24 a 10, la apertura de los medios a una pluralidad de voces, generando otros puestos de trabajo y democratizando la comunicación.
Finalmente el gobierno de los Kirchner logró cumplir su meta, la ley fue sancionada luego de arduos debates, pero a fin de cuentas, ya creadas las reglas del juego nadie sabe cómo se jugará, porque las licencias serán otorgadas, ¿pero quién tendrá el dinero para financiarlas? Por otra parte el campo mediático tal vez será reconfigurado como muchos predicen, será conformado por quienes el gobierno decida sin efectuarse la pluralidad de voces que él mismo plantea. Así también a pesar de que los grandes grupos dicen mantener la libertad de expresión, también la limitan, debido a que sus periodistas no pueden decir lo que ellos piensan, sino que deben responder a la ideología en que se encuentran insertos. La cuestión no reside en el lugar donde ubicarse, sean los multimedios o el gobierno, sino encontrar un punto de equilibrio, analizando los pro y las contras de cada postura para encontrar una perspectiva que nos permita observar la realidad críticamente donde la democracia sea posible para todos*

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