jueves, 24 de septiembre de 2009

Ensayo periodístico por Evelyn Firpo

La unión hace la fuerza

Honduras: en la penosa espera de exclamar también “Nunca más”



Un clima desolado, cuerpos desgarrados, represión, destierros, violencia, masacre, violaciones y torturas… este juego de palabras nos trae a la memoria una etapa de nuestra historia inolvidable para quienes la vivieron por el temible clima que despertó. No es menester aclarar que nos referimos al llamado Proceso de Reorganización Nacional, que comenzó en 1976 y que agobió a nuestro país por 7 años. “Nunca más” fueron las palabras que se utilizaron para remitirnos a este tortuoso lapso de nuestra historia.
Hoy, Honduras a pesar de que la época en la que nos encontramos, es tal y como nosotros lo fuimos, un país latinoamericano que lucha contra un régimen de facto, pero que a pesar de ser sometidos resisten a ello manifestándose, luchando para que quien vuelva a gobernarlos sea el presidente que ellos eligieron democráticamente: José Manuel Zelaya Rosales.
El ex presidente fue destituido del poder por las Fuerzas Armadas, las cuales son dirigidas por un político corrupto a quien denominaron Jefe Usurpador, Roberto Michelleti Baìn. A través de todos los mecanismos más violentos que suelen usar los golpistas fue secuestrado el 28 de junio, no solo fue despojado de sus pertenencias sino que también fue abandonado en ropa interior en una pista de aviones de San José de Costa Rica, donde más tarde fue socorrido.
La pregunta es… ¿por qué el destierro? A lo que respondemos que Manuel Zelaya venía implementando medidas que favorecían a quienes conforman la mayoría de la población, es decir el sector más pobre. Llegó incluso a proponer que ellos participen de las decisiones gubernamentales a través de una Asamblea Constituyente, mediante un proyecto de ley que ampare la incorporación a las elecciones de una nueva urna para votar si estaban o no de acuerdo con la propuesta.
A este posible escenario reaccionó la minoría, es decir el sector rico que no sería beneficiado, porque a pesar de que los instrumentos para llevar a cabo el golpe sean los militares, detrás de él están aquellos a quienes el capitalismo viene y sigue beneficiando desmedidamente, una oligarquía conformada por un grupo de poderosos económico y políticamente, que en Honduras no solo concentran las grandes empresas (que en general son bananeras y que son la mayor causa de la explotación), los medios de comunicación, los bancos, las administradoras de crédito, entre otros rubros; sino que también ahora pretenden gobernar sosteniendo como títeres a funcionarios fríos, a quienes compran su conciencia para que sus políticas gubernamentales favorezcan sus negocios.
A partir de ese día el pueblo se tiñó de gris padeciendo del terror que generan los “toques de queda”, que constituyen verdaderas violaciones a los derechos individuales, pero a pesar de ello todos los sectores se unieron conformando el Frente de Resistencia Nacional contra el Golpe de Estado, para hacer frente a las amenazas de las fuerzas armadas y lograr la vuelta al poder de su mandatario. Entre estos sectores hay partidos políticos, organizaciones obreras y de mujeres, artistas, escritores, indígenas, estudiantes, amas de casa, comerciantes, entre otros.
Hoy se organizan para sobrevivir custodiando y acompañando a su ex presidente, que tras volver a su propio país como un delincuente se encuentra refugiado en la Embajada de Brasil, es decir amparado por el presidente Lula Da Silva quién así como los integrantes de la ONU, la Unión Europea, nuestro país junto a los demás integrantes de Mercosur e incluso Barack Obama, presidente del país que siempre estuvo detrás de los poderosos, también llama a la cooperación internacional para decirle no a los totalitarismos.
A pesar de todas las experiencias de dictaduras vividas, la pesadilla se repite: derechos humanos y constitucionales han sido quebrantados sin escrúpulos. Un camino difícil de seguir les queda a los hondureños quienes no pretenden bajar los brazos, al igual que a Manuel Zelaya que solo exige diálogo pero sin obtener respuesta. Si la lucha continúa el pueblo de Honduras triunfará, porque se han convertido en una liga de guerreros en defensa de su patria*

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